¿Crees en la vida después de la muerte?

 

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Decía Nisargadatta que “Lo que nació debe morir. Sólo lo no-nacido debe morir”  Se trata pues de descubrir qué es lo que tiene un comienzo y qué es lo que no lo tiene para saber si eso va a morir o no.

Solemos tener miedo a la muerte en la medida en que nos identificamos con este cuerpo físico. El cuerpo físico sí que pertenece a “algo que nació”, por tanto, debe morir. “Lo que nació debe morir”. Pero somos más que un cuerpo: el YO más profundo, el YO con mayúsculas, lo que en esencia somos.

La Autorrealización precisamente consiste en descubrir eso que somos y vivir desde allí. No es pensarnos, es vivirnos desde la realidad que somos… Pero volvamos a la cuestión ¿hay vida después de la muerte?

Transcribo un pequeño cuento con un gran mensaje.

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés.
El primero pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del nacimiento?
-Claro que sí. Algo debe existir después del nacimiento. Tal vez estamos aquí porque necesitamos nos preparar para lo que seremos más tarde.
-¡Tonterías! No hay vida después del nacimiento. ¿Cómo sería realmente esa vida?
-No lo sé exactamente, pero seguramente habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
-¡Esto es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer con la boca? ¡Eso es totalmente ridículo! El cordón umbilical es por dónde nos alimentamos. Yo te digo solamente una cosa: la vida después del nacimiento está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.
-Yo creo que seguramente hay algo. Tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
-Pero nadie nunca ha vuelto de allá, después del nacimiento. El parto apenas encierra la vida. Y al final de cuentas, la vida no es nada más que la angustia prolongada en la oscuridad.
-Bueno, no sé exactamente cómo será después del nacimiento, pero seguro veremos a la mamá y ella nos cuidará.
-¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que ella esté?
-¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es que vivimos. Sin ella todo esto no existiría.
-¡Yo no creo! Nunca he visto ninguna mamá, por lo tanto es lógico que no exista ninguna.
-Bueno, pero a veces cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando, o sentir como acaricia nuestro mundo. Sabes, yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella…..

(No hemos podido encontrar la autoría de este cuento) Cuento para meditar… hasta refleja dos tipos de actitudes que tenemos las personas ante la vida y ante la muerte.

¿Crees en la vida después de la muerte?