¿Qué es un mandala?

 

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La palabra mandala significa, literalmente “cerco” “superficie consagrada”, de origen sánscrito, no se puede traducir con un único significado, hay diferentes niveles, de forma que podríamos encontrar también definiciones como círculo sagrado, mágico, protector, etc.

Esencialmente se trata de imágenes con figuras ordenadas de forma concéntrica y en general simétricas en el interior de un círculo, pero también se consideran mandálicas las formas geométricas básicas como el triángulo, cuadrado, hexágono, etc.

Es un esquema reducido y esencial del mundo, antiquísimo e inherente al hombre, aparece en la tierra desde la prehistoria como expresión de la deidad o el YO. Es un símbolo de la Totalidad, expresa el hecho de que hay un centro y una periferia, trata de abarcar el Todo, remite al origen, a la Mónada.

mónada

Tan solo su observación provoca un reflejo de identificación con el orden, nos conecta con nuestro centro. Es un arquetipo unificador, un organizador del caos interno. Sencillamente colorear o crear mandalas nos conecta con nuestro Ser ofreciendo una puerta para el crecimiento y conocimiento profundo de nosotros mismos.

A nivel mental, cualquier práctica que realicemos con los mandalas nos ayudará a desarrollar de forma paulatina cambios beneficiosos en nuestras estructuras mentales, generando bienestar, calma y armonía, desarrollando la concentración y la paciencia.

En definitiva, un mandala es una potente herramienta creativa de transformación y consciencia, aparentemente sencilla pero profunda, accesible para todos y a todas las edades.


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