¿Qué tienen de especial los mandalas?

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mandalaAlguien que escucha hablar por primera vez sobre los mandalas podría preguntarse qué los hace diferentes de otras manifestaciones artísticas o creativas. Mi curiosidad hacia este mundo partió de esta pregunta.
Dibujaba y pintaba desde niña, siempre he disfrutado probando y enseñando todo tipo de técnicas y actividades artísticas pero ¿qué tenían de especial los mandalas?

Confieso que al principio leía sobre este tema con cierto escepticismo, muchos de los efectos que se le atribuyen, se encuentran en cualquier tipo de actividad artística.
Fue la experiencia la que me demostró su valor: a lo largo de los años he observado el efecto que producen sobre mis alumnos, he ido comprobando asombrada, cómo se tranquilizaba todo un grupo al realizar dibujos centrados basados en diseños geométricos de estrellas o polígonos regulares. Con estos diseños mandálicos, se creaba un ambiente de trabajo y silencio mucho mayor que con otras actividades, los chicos se centraban, incluso en grupos especialmente difíciles. Ante esto, comencé a abrirme y a investigar con más profundidad, a leer y a realizarlos yo misma independientemente, de mi actividad artística habitual.

Personalmente, los mandalas me ayudan a liberar y a relajarme, a soltar la preocupación por el resultado y el exceso de autocrítica. No comienzo los mandalas con una idea predeterminada porque, invariablemente, el diseño fluye y toma su propia dirección, habla… Así surgió la idea inicial para el mandala dibujado en este artículo: “Un mandala espectacular, que llame la atención”. Mi mente-ego comenzó a rodar imaginando, el resultado: un sencillo dibujo que surgió sobre la marcha, sin pensar, dejando fluir y sorteando alguna que otra resistencia, sorprendiéndome a mi misma con el uso de amarillos y verdes, que hasta el momento nunca habían aparecido en mis mandalas. ¿Interpretación?… Esa es la magia de cada mandala, son únicos, nos hablan durante el proceso si estamos atentos y al finalizar, observándolo, el corazón siente, ni siquiera son necesarias explicaciones racionales; el inconsciente se ha mostrado y comprende.

Ahora realizo talleres de mandalas convencida de su poder, sé que crear mandalas o simplemente colorearlos es una meditación activa que nos conecta con nuestra esencia, es un camino de ida y vuelta entre lo sutil y lo concreto. Para nuestra visión racional es un simple dibujo, mientras que para nuestra intuición, nuestro inconsciente, es un mapa hacia nuestro conocimiento profundo.
Más allá de las capacidades artísticas que uno posea, de hecho no es necesario ningún conocimiento o habilidad especial, la creación de mandalas es cuestión de sinceridad, de aceptación, dejarse fluir, disfrutar y abrir el corazón a escuchar lo que, con toda seguridad, se nos muestra.

”Mientras trabajamos con el mandala, podemos llegar a disfrutar de momentos de claridad en los que los opuestos están asentados en la conciencia y experimentamos una realidad en armonía, paz y sentido vital”
Susanne F. Fjncher

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